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Troll Good


Parado en una esquina me encontraba rectificando la nomenclatura en la que me encontraba situado, mientras la estampida de estudiantes me rodeaba, siendo mi cuerpo un separador de ambos sentidos del andén. En mi mano derecha una bolsa de papel, marcada con lo que alguna vez fue vapor emergente de pan caliente, en la que ya tan sólo quedaban 3 panes.
Veía a la gente pasar y sacaba un pan de la bolsa, cuando lo vi, lo había visto un sin fin de veces, incluso en alguna ocasión le había deseado un buen día, era un sujeto con poco menos de 40 años, yo diría que unos 37, él siempre se encontraba recostado contra la misma pared, llevaba sobre su cuerpo una ruana rota que hacía de cobija, unas gafas de sol rosadas con brillantes, una moña azul que abultaba su enmarañado cabello negro que hacia juego con las uñas de su mano izquierda que estaban pintadas de morado oscuro, claro, sin olvidar sus distintivas botas femeninas en punta color café.


Le di una mordida al pan mientras lo observaba leer un diminuto libro amarillo que al parecer lo emocionaba bastante, crucé la calle mientras se esfumaba lo que me quedaba de pan.
Estando frente a él pude distinguir un tatuaje del contorno de una mujer sobre su clavícula y varias heridas cubiertas por costras alrededor de su cuello. Avance un paso y él levanto la mirada, me observó por unos 2 segundos y dijo: "Es bueno este cuadernito" mientras sonreía levemente y asistía con la cabeza, ¿bro quiere un pan?, le dije mientras le entregaba la bolsa de papel, inmediatamente sacando un pan de la bolsa me dijo, "mi Dios lo bendiga", y yo sin pensarlo un segundo le pregunte, "¿Cuál es su Dios?", desplegando una gran sonrisa respondió: "el mismo que me manda pan cuando quiero comer pan", ante la inesperada respuesta sonreí, el culminó diciendo "este cuadernito habla de él, un día de estos se lo presto" mientras lo señalaba con la mano izquierda y reía bastante agudo.
Luego de eso le hice un gesto amigable para despedirme y empecé a caminar rumbo a la estación más cercana del sistema de buses articulados rojos que funcionaba en la capital, llegando allí pensé mientras me reía "¿el mismo que me manda pan cuando quiero comer pan? Ojalá sea el mismo que me paga el transporte cuando necesito pagarlo", pues no disponía de más dinero que el suficiente para cargar la tarjeta del servicio y sobrevivir a otra semana de transportes, a pesar de que sabía que mi saldo eran 400 pesos cuando necesitaba 1.700, me dirigí a un sensor que mostraba el saldo actual de la tarjeta mientras incrédulo acercaba la tarjeta al aparato, y para mi asombro seguían mis 400 pesos, pero está vez acompañados de otras 2 cifras extra, alcanzando para un poco más de una semana de transportes, de inmediato me pregunté si ¿le había vendido 2 panes a Dios o había desperdiciado la bendición de un habitante de la calle?, cualquiera de las dos posibilidades era igual de absurda y preferí dar por sentado que era un error en el sistema, no se me hizo muy raro que para "variar" algo funcionara mal.
Luego de un viaje de 25 Minutos de pie, en el apretujado medio de trasporte, llegué al portal del norte de la ciudad, dónde tome otro bus que tenía como destino el pueblo dónde vivía. Me recosté sobre la ventana del lado izquierdo del bus  y cerré los ojos durante los 20 minutos más de viaje que me restaban, al escuchar que la gente se empezaba a bajar supe que ya estaba cerca de mi destino, incorporándome me puse de pie y me dirigí a la parte delantera del bus para decirle al conductor donde era preciso que se detuviera para bajarme y para pagarle mi pasaje, "en la próxima esquina por favor", le dije mientras sacaba la billetera para pagarle, "ya pagaron por usted joven", me dijo serio mientras el bus se detenía, "pero si vengo sólo", le expliqué, el bus se había detenido por completo cuando respondió mirándome por el espejo retrovisor, "una señora pago por usted y dijo que le debía un favor".
Poniendo el pie derecho sobre el asfalto mientras me acomodaba la maleta dije, "bueno está bien, a la próxima los números de la lotería y me lo creo", reí mientras miraba al cielo, y como si fuera una broma justo al cruzar la esquina me abordó un anciano ofreciéndome comprar la lotería.

4 comentarios:

  1. jajjajaaj bro ya hay alguien que lo lee esta buena la historia (att: yeison el amigo de su papá :)

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    1. Cool The #1, o bueno el primer comentario, espero que no sea el ultimo.
      ajajaja

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