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Dos Baylis y una vela

La tensión se incrementaba entre más tiempo pasaba, tal vez se presumía que en algún punto las palabras dejarían de fluir, o se tornara incomodo el ambiente por algún movimiento inesperado en la conversación. Sus miradas se encontraban por breves instantes, de tal manera que pareciera un accidente, las sonrisas se asomaban luego de todas las frases dichas y escuchadas, todos los chistes eran buenos y todos los gestos atractivos.
Se encontraban los dos en un café mientras sonaba el himno nacional en la iglesia central del transitado pueblo donde ambos vivían,  cada uno bebía un vaso de Baylis en las rocas, o dicho de otra manera con hielo, el dulce sabor de la crema de whisky contrastaba perfecto con la luz de la vela color verde que los iluminaba tenuemente, esta se encontraba insertada en una botella vacía haciendo de candelabro y de centro de mesa, la mesa no era más grande que una silla, tenía más pinta de butaca que de mesa y sus acabados rústicos eran resaltados por pedazos coloridos de cerilla de vela sobre toda su superficie.
Con el cuerpo extendido sobre cojines que estaban tirados en el suelo, uno al lado del otro conversaba mientras los minutos pasaban, a las 6:13 de la tarde de ese 16 de septiembre, inocentemente él da a conocer su opinión sobre el futuro de aquella amistad y ella sin vacilar responde de inmediato “si”. Era el momento perfecto para una gran frase, algo como: un pequeño paso para un hombre un gran salto para una relación… o eso pensó él en el momento, pero cuando menos lo esperamos surgen las palabras adecuadas en el momento preciso, sin pensarlo por un momento le dio libertad a su mente él sólo pudo preguntar “¿qué hora es?”(lo sé, es un poco desalentador en un principio), ella respondió viendo la hora en su celular “son las 6:15”, acomodando el torso él la miro a los ojos y le dijo “recuerda esta hora porque es la hora de nuestro primer beso, luego de estas palabras no quedaba más hacer lo dicho… ya sabiendo que pasaría, ambos se miraban fijamente mientras se llenaban de emoción sus miradas, hasta que sus sonrisas se toparon con el dulce sabor del Baylis entre los labios.



Poema "Hijo" por Dario Torres Ramirez

Hoy siendo el día 23 de Octubre de 2013, a tan sólo 1 hora para cumplirse la quinta década de vida del autor del siguiente poema, he decidido compartirles este bello escrito. Ya llevaba tiempo sin actualizar las entradas del Blog y que mejor manera de hacerlo que con un sentimiento y una sensación latente dentro de las letras.
La primera vez que leí este poema me fue imposible ignorar el nudo formándose en la garganta y las ganas de darle las gracias al autor de aquel, que en este caso es el señor Dario Torres Ramirez, quien como muchos de nosotros, es un poeta empírico, un profesional del sentimiento y además de ello es mi padre.
Sin más preámbulo me enorgullezco en presentarles, no un escrito, sino un sentimiento, los dejo en compañía de la nostalgia intrínseca de “Hijo”: 

Hijo

Un recuerdo lejano…
El fruto de un amor que sin saber
Se fue diluyendo entre los tiempos, que
Se juró ante altares de rosas y creencias
Que sólo la muerte separaría.

Vi como creciste, como tus manos y
Tus pies empezaban a enfrentar
El mundo, como tu voz nació de tu
Pecho con un" Pa" que me volvió
Más hombre, como tu pelo delicado se
Poblaba cada día más tu perfecta
Cabeza.

El momento exacto en que tu voz se
Convirtió en trueno y tu cara se
Llenó de rastros de tu hombría, el día en
Que no pude mirarte para abajo y mi brazo
No fue capaz de enrollar tu hombro, la
Tarde que sentí la fuerza de tu mano
Descansar sobre mi espalda.

Mi hijo se hizo grande, dejo atrás los
Años que he perdido, como extraño
Los besos que no he dado para
Decir felizmente, hasta mañana, y las carreras
Despeinadas para llegar a tiempo
A su futuro y aprender cada día de
La vida.

Ahora seguirá enfrentando la nueva
Búsqueda de su largo paso, tendrá que
Luchar contra la vida y lograr vencer más
Que cualquiera la dura prueba de su amado
Sueño.

Lo amo, no como a él bebe a quien le conté
Sus dedos, lo amo como al hombre que
Me quita el sueño.









Película de la semana: Kill Bill Vol. 1


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